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Colonias de Gatos



El gato callejero se encuentra tan integrado en cierto paisaje urbano que para la mayoría de los ciudadanos no es más que una presencia amable y aún invisible hasta que su número lo convierte en un problema medioambiental.

El gato común europeo, la raza más extendida en las ciudades desde su posición de gato abandonado, no fue inicialmente un animal de compañía, sino que vino a cumplir en las urbes el mismo papel que traía de los pequeños pueblos, el de exterminador de ratas y ratones. Los portales de las casas de la burguesía como las corradas o las ciudadelas insalubres para alojamiento de los obreros surgidas con la Revolución Industrial, tenían sus gatos para ese cometido. Estos gatos apenas obtenían de sus relativos dueños otra cosa que la necesidad de su existencia, siendo su vida completamente libre y dejada al azar de sus correrías nocturnas.

Históricamente, a los habitantes de Madrid se les ha apodado también «gatos» debido a que, según la leyenda, la conquista de la ciudad por las tropas de Alfonso VI a finales del siglo XI, se realizó mediante el asalto de la muralla por la que treparon las tropas castellanas. Otras leyendas señalan en cambio que este apelativo de «gatos» les fue otorgado a los ciudadanos de Madrid en la Edad Media por su gran habilidad a la hora de trepar por murallas y acantilados con las manos desnudas.



CUANDO EL GATO CALLEJERO SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA

Después de muchos años pidiendo a los ayuntamientos que se hagan campañas de esterilización de colonias de gatos callejeros como alternativa al sacrificio masivo en las perreras municipales, por fin han entendido que la solución no es retirar la colonia, ya que al poco tiempo tienen que volver a retirar otra cantidad de animales en el mismo sitio, la solución es evitar la superpoblación mediante la esterilización y el control sanitario de los animales.

Con el Plan de Esterilización Felina (PEF) estamos aplicando la solución recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la University Federation Animal Welfare (UFAW) sobre el estado sanitario y el control demográfico en las colonias de gatos libres que viven en la ciudad. Se trata básicamente de controlar los nacimientos esterilizando devolviéndolos a su territorio de origen. También se les alimenta adecuadamente, se les aplica tratamientos preventivos regularmente y se atiende sanitariamente a los enfermos o heridos que lo necesiten.

Con el Plan de Esterilización Felina se logra que las colonias vivan sanas, bien alimentadas y con una población estable y controlada.

Este es el único sistema que reduce el exceso de población felina en las calles y que evita el salvaje, cruel y obsoleto sacrificio masivo de gatos por parte de los ayuntamientos.



Razones para el PEF: Capturar - Esterilizar - Soltar (En ingles se llama T-N-R; Trap, Neuter, Return).

Cuando lo que se pretende, y se intenta, es solucionar el problema del abandono de animales se hace necesario hablar de medidas preventivas, presentación y tramitación de denuncias y aplicación de las correspondientes sanciones.

Sin embargo, no todos los animales que vemos por las calles son consecuencia del abandono. Un gato que ha vivido en una casa y es abandonado tiene unas posibilidades, prácticamente, nulas de sobrevivir al abandono. Incluso el gato que vive con una familia y va a parar a un refugio para animales, tiene un sombrío futuro. No suele aceptar su nueva situación y, generalmente, se encierra en sí mismo, el estrés debilita su sistema inmunológico, enferma, se deprime y se niega a luchar por su vida.

Sabemos, por tanto, que “los gatos de la calle” no suelen ser gatos abandonados sino los descendientes de sucesivas generaciones de otros que han nacido ya “en la calle” y que, superando dificultades, se han ido adaptando a las circunstancias que el medio urbano, cada vez más hostil, les ha ido imponiendo.

La capacidad de adaptación de esta especie es grande y, además, en la zona mediterránea confluyen una serie de factores favorables para la supervivencia,- especialmente el clima benigno-, que permite sobrevivir a todas las especies depredadoras. El gato, como depredador que es, caza siempre , no lo hace sólo por necesidad de conseguir alimento y solamente deja de hacerlo al sentirse enfermo.

De esto puede dar fe cualquier persona que, en su hogar, conviva con gato que, aún estando completamente saciado, tratará de cazar cualquier insecto, roedor, pájaro, etc...que detecte.

También conviene desechar, por su simpleza, un comentario, frecuentemente difundido por los detractores de los gatos, quienes pretenden responsabilizar de la existencia de gatos, en las calles, a quienes les facilitan alimento.

Según estudios realizados se estima que estos alimentos no alcanzan un 30% del que consumen estos felinos urbanos. De aquí se deduce que, al no proporcionarles alimento, también sobrevivirían, pero con peor salud, más muertes y, como consecuencia, con incremento de nacimientos. Mecanismo que se repite en cualquier especie al verse amenazada.

En la Comunidad Valenciana durante las últimas décadas, los gatos que habitaban zonas de huerta, de forma libre, han visto disminuir o desaparecer grandes extensiones de lo que constituía su hábitat, que se ha convertido en zona urbana. Esta reducción de su territorio, unido a su capacidad de reproducción, ha hecho que se vean concentrados en algunas zonas. Estas agrupaciones son denominadas colonias de gatos o colonias felinas. Constituyen poblaciones estables, esto supone que sus habitantes permanecen habitualmente en la misma zona y que están cerradas a individuos de otras colonias, produciéndose migraciones de los machos en la época de celo, especialmente, y manteniendo el, digamos, dominio del territorio las hembras.

Esta estructura social, por su estabilidad territorial, nos permite intervenir para evitar víctimas prestándoles ayuda sanitaria e higiénica y controlando su natalidad. Resulta, pues, tan factible como aconsejable reducir la población felina garantizando su salud y, obviamente, salvaguardando sus vidas.

En la ciudad, la escasez de zonas que permitan la supervivencia de gatos hace que cualquier zona, habitable para gatos, esté habitada. Por lo que si una colonia es retirada de un espacio, pronto aparecerá otra. Los ciudadanos que suelen facilitar alimento a los gatos, son los colaboradores imprescindibles, e idóneos, constituyendo una valiosa red que, convenientemente asesorados por nuestros veterinarios, hacen posible la aplicación de este Plan de Esterilización Felina que supone, además del control de nacimientos, salud, alimentación e higiene, la erradicación de algunos hábitos, erróneos, que molestan, ensucian y, a la vez, pueden ser perjudiciales para los propios gatos.



EL PROTOCOLO DE ACTUACIÓN SE FUNDAMENTA EN 3 PASOS

1. Localización de las colonias estables de gatos callejeros.

2. Cuantificación de los individuos que la componen y condiciones de salud en que se encuentran..

3. Esterilización, Desparasitación e Identificación (el corte en la oreja izquierda o derecha según el sexo del gato, está prohibido en la normativa comunitaria sobre bienestar animal, uno de los mejores modos de identificación a efectos legales es la implantación del microchip identificativo).



NO ES UN JUEGO ES UN COMPROMISO

Es imprescindible que la persona/s encargadas de una colonia estable de gatos, una vez sea controlada, asegure de continuo la alimentación y control sanitario con sus individuos para su conservación y bienestar.



CONSEJOS BASICOS PARA CONTROL Y MANTENIMIENTO DE UNA COLONIA DE GATOS

1. En una colonia estable, controlada y bien cuidada el gato puede faltar del lugar en la hora que la persona encargada realiza su labor, porqué ya no pasa hambre al tener acceso regular a la fuente de alimentación.

2. En colonias pequeñas entre 5 o 6 gatos, es fácil controlar en poco tiempo, con un mayor número de individuos debe actuarse con perseverancia, para su control mediante la esterilización.

3. La esterilización es necesaria tanto para hembras y machos, si sólo esterilizásemos las hembras, los machos en época de celo partirán hacia otra colonia y el problema de masificación se extendería a otras zonas, además de posibles contagios de enfermedades (principalmente inmunodeficiencia felina y leucemia felina). Las gatas embarazadas son las primeras que ha de intentarse capturar para practicarles al mismo tiempo una ovariohisterectomía y un aborto si su estado de gestación lo permite. Los gatos más jovenes se esterilizan al final, su urgencia es menor.

4. La captura y esterilización de los gatos no significa en absoluto una agresión contra el animal: una colonia sin control, con nacimientos continuos y peleas constantes entre los machos, genera una expectativa de vida por individuo de unos dos años, mientras que una colonia controlada aumenta esa expectativa hasta los diez años aproximadamente y provocará su paulatina desaparición, que sería más traumática en el caso de ser expulsados por la acción vecinal o por la simple edificación del solar que ahora ocupan.

5. Cuando el gato se deje tocar por la persona que cuida la colonia podrá cogerlo sin mayor problema con un trasportín, por el contrario en gatos que ofrezcan dificultad en su captura, se utilizará una jaula trampa que puede ser proporcionada por alguna asociación. Una jaula trampa jamás debe dejarse sin vigilancia durante la espera necesaria hasta que el gato entre. Ya conseguida la captura del gato taparemos la jaula con un trapo para que se tranquilice, después dependiendo del tipo de puerta de la jaula trampa pondremos el trasportín unido a la jaula para que al levantar la puerta de ésta el gato termine pasando.

6. En una colonia se pueden dar casos de enfermedades infecciosas de fácil contagio (leucemia FeLV, inmunodeficiencia felina FIV), provocan un grave deterioro físico, la eutanasia es la única salida (el tratamiento actual para este tipo de enfermedades, no las cura se cronifican, su coste es elevado y el protocolo médico de actuación no hace posible emplearlo en un gato callejero).

7. Si encontramos una camada de gatitos cuya madre no aparece, los llevaremos al veterinario para reconocer su estado de salud y después intentar su adopción, ya que se encuentran en la edad de mejor salida.

8. El gato callejero no es necesariamente un gato abandonado o maltratado, no debe ser llevado a un refugio, este sitio no es un hogar desarraigándole de su zona y privándole de la libertad a la que está acostumbrado. En una colonia bien controlada el gato vive feliz en su entorno.

9. La colonia estable que estemos cuidando ha de pasar lo más desapercibida posible, para ello solo dejaremos el material imprescindible en su mantenimiento, en lugares poco visibles, evitando convertirse en lugar de abandono.

10. Cuando la colonia se encuentre en un solar que va a ser edificado trasladaremos progresivamente la fuente de alimentación para llevarlos hacia un nuevo lugar seguro.

11. Si la colonia se encuentra en zona verde o tiene fácil acceso a la tierra, no suele existir problemas con los excrementos, ya que los gatos entierran sus defecaciones; en caso contrario la colocación en ciertos lugares de unos areneros resolverá el problema.

12. La colonia debe alimentarse siempre con comida seca para evitar los malos olores producidos por la podredumbre de la comida y los posibles trastornos gastrointestinales que pueden producir este tipo de comidas en los gatos.

13. La identificación de un gato sano a primera vista es un pelo brillante y bien peinado.

14. El correcto control de una colonia pasa por cubrir las necesidades nutricionales y sanitarias de los individuos que la conforman.

15. Allí donde el proyecto de control de colonias haya de ser explicado o publicitado más allá de lo normal, debe incidirse en su aspecto ecológico, la buena imagen que proporciona la esterilización frente a su eliminación y su función en el control natural en plagas de roedores. El trato con las comunidades donde se encuentran las colonias debe ser claro y atento, con esta actitud la comunidad de vecinos no ve en la persona que cuida la colonia de gatos alguien hostil.








TORRE ARGENTINA, EL SANTUARIO DE LOS GATOS ROMANOS

El Santuario de Torre Argentina es un refugio para los más famosos gatos del mundo: los gatos romanos.

Creado el año 1994 por dos mujeres italianas, funciona en pleno centro de Roma (Italia), en un lugar donde los gatos buscaron refugio del tráfico y la vida citadina: el Área Sacra del Largo Argentina, tesoro arqueológico que data desde los años 400-300 a.C, y donde Julio César fue apuñalado por su rival Brutus.



Hoy, el refugio da acogida a 250 gatos, que viven bajo la atención y el cuidado de un ejército de voluntarios venidos de diversos países del mundo: Inglaterra, Nueva Zelandia, EE.UU, Chile, Italia, Alemania, Brasil, Holanda, Francia, etc. En el año 1994, Lia Dequel y Silvia Viviani se hicieron cargo de -los entonces- 90 gatos abandonados, enfermos y desnutridos que habitaban entre las ruinas. Llevadas solamente por el amor hacia estos animales, comenzaron poco a poco a idear las estrategias necesarias para lograr reunir recursos para alimentar y dar cuidados veterinarios a estos gatos. Poco a poco, consiguieron un lugar dentro de las mismas ruinas para poder crear un refugio, el que poco a poco ha sido acondicionado para tal efecto. La ubicación del refugio es ideal por ser visita obligada para turistas y paseantes. De modo que, gracias a la ayuda económica de éstos, el refugio se mantiene activo hasta el día de hoy.



Esta misma ayuda además, ha permitido que el Santuario de Gatos de Torre Argentina brinde ayuda a otras 50 colonias estables de gatos en Roma. Las gattare (mujeres que se hacen cargo de colonias de gatos urbanos) reciben apoyo en alimentos, cuidados médicos y esterilizaciones para controlar la natalidad, las enfermedades y velar por el bienestar de sus protegidos de cuatro patas.



La mayoría de estos los gatos de Torre Argentina ha sido víctima del maltrato y el abandono. Por ello, el refugio tiene tres premisas de acción:

· una política no eutanásica que se rige por la premisa de que todo gato ingresado tiene el derecho a vivir su vida lejos del abandono y el maltrato; incluidos los gatos que -por razón de esta crueldad humana- han quedado discapacitados: gatos ciegos, mancos o sin una pierna. Todos tienen la misma chance para vivir una vida gatuna "plena" y son cuidadosamente atendidos para tal propósito. Solamente se dispensa la eutanasia humanitaria cuando un gato llegue en un estado demasiado lamentable: severamente accidentado o maltratado, o cuando sea portador de leucemia felina. No obstante, si ingresa un gato infectado con el sida felino eso no es impedimento para que su vida sea normal, pues se le dispensan los cuidados adecuados.

· la esterilización de machos y hembras es obligatoria. La sobrepoblación de animales es la principal causante de los abandonos y las vidas miserables que llevan los animales en la calle, por lo que solamente mediante la esterilización éstos podrán ser controlados. Sólo el año pasado, el refugio de Torre Argentina hizo posible la esterilización de 2 mil gatos.

· Asimismo, todos los gatos son adoptables, incluso los discapacitados y enfermos crónicos, por lo que se pone especial énfasis en la adopción responsable de parte de los ciudadanos del mundo: los gatos de Torre Argentina han sido -y siguen siendo- adoptados por ciudadanos holandeses, suizos, alemanes, ingleses, y por supuesto, italianos.





Un día con los Gatti di Roma

Un día normal en Torre Argentina comienza a las 8 AM con la limpieza y desinfección de las jaulas, platos, bebederos y cajas sanitarias de los gatos que se encuentran en cuidados especiales (esterilizados, accidentados, recién operados, etc.) Además, el aseo del recinto completo, que al mediodía abre para recibir a sus visitantes. Desde las 11 AM comienza la distribución de la comida: pienso seco balanceado y comida en lata. Cuando algún gato tiene requerimientos especiales de alimentación, se especifica por escrito para que el voluntario que los alimenta siga las instrucciones adecuadamente. Finalmente, la distribución de comida para los gatos que viven "al aire libre" en el área arqueológica, cierra el capítulo "Alimentación" del turno matutino. Al mediodía el refugio ya está listo para atender a los visitantes: turistas venidos de diferentes partes del mundo, que serán atendidos por otros tantos voluntarios en su lengua materna, o en su defecto, en inglés o italiano.



Por la tarde, comienzan a dispensarse los tratamientos médicos necesarios para cada gato. Mientras tanto, entran y salen gatos de las diferentes colonias para recibir atenciones médicas o para volver, ya sanos, a sus colonias de origen. Una segunda ronda de alimento balanceado, y la constante remoción y limpieza de la arena sanitaria es un requisito fundamental para mantener el ambiente respirable, apacible y limpio para todos.



Pertenecer al equipo de voluntarios de Torre Argentina ha sido una de las más bellas experiencias de mi vida. Aparte de la riqueza que se consigue conociendo -y tratando- a gente de diferentes culturas, ver lo que el entusiasmo y el amor -no solo por los gatos, sino también por el trabajo bien hecho pueden lograr, es impresionante y aleccionador. Observar a Lia y Silvia luchando a diario por su refugio, a los ayudantes y voluntarios, cada uno desde su ámbito, haciendo lo propio por salir adelante en favor de los gatos, es una experiencia invaluable. Todo esto me energiza y me impulsa a hacer más por los animales. Ver la indolencia de la gente cuando abandona a una gata enferma con sus cachorros, lanzándolos dentro de una bolsa a las ruinas; ver en los ojos de los gatos que llegan tanto dolor, temor, angustia. Decirle adiós a los gatos que se van a un nuevo hogar, adoptados, con la esperanza de que su vida sea mejor. Despedirse de un gato cuando cruzará el puente para descansar de su triste vida en la tierra. Acariciar a los que están miedosos, hablarles, hacerles sentir que allí ya nadie les hará más daño. Ver hoy la mirada de esos gatos que un día fueron abandonados, maltratados, vejados, heridos; y encontrar en ellos salud, bienestar, alegría, e incluso amor, es una sensación que no se puede describir con palabras. Sólo se puede vivir.



Por eso invito a todos los que -¡afortunados!- un día pasen por Roma, se acerquen a conocer a esta comunidad tan especial. Que más allá de toda diferencia política, económica, social y cultural, ha podido trascender en pro de una causa común: el amor por los gatos, por su bienestar, por su plena inserción en la comunidad y en la vida de los romanos.



Sin duda alguna todo esto es un ejemplo a seguir. Porque en todas partes hay animales sufrientes, pero lo más importante: en todas partes hay personas dispuestas a luchar contra todo para que ellos estén mejor. Si Lia, Silvia y los voluntarios pudieron hacerlo, otros también podrán hacerlo -y de hecho- ¡muchos ya estan en la tarea! Ayudemosles a crear un mundo mejor para todos. Porque como ya dije en otro lugar la moral humana es flexible, no se agota cuando entrega. Mucho menos se agota en el ámbito de lo humano. Mitigar el sufrimiento humano y animal, será la única manera de encontrarnos, a nosotros mismos, en nuestra humanidad.







Fuentes: http: http://www.altarriba.org //www.amnistianimalmadrid.org
http://ecosofia.org
http://www.funcatweb.com
http://www.gatofeliz.com
http://www.romancats.com
http://www.svpap.com
http://www.progat.org
http://www.wikipedia.org



Etiquetas: Colonias felinas

 

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