El virus de la Inmunodeficiencia felina (VIF) y el de la Leucemia felina (ViLeF) se encuentran distribuidos mundialmente, con prevalencias variables, pudiendo llegar hasta 45% según la localidad. Para muchos investigadores estas son las enfermedades infecciosas más comunes de los gatos.
Se dice que la infección por el ViLef es de “gatos amigables” ya que su transmisión es básicamente por contacto con secreciones oro-nasales; siendo más común la infección de madre a hijo por medio de la saliva (lamidos durante el parto o lactancia) o de gato a gato durante el juego. Por otro lado la infección del VIF es más común en gatos adultos machos contagiándose por medio de mordeduras durante las peleas callejeras.
Ambos virus pueden ser transmitidos iatrogénicamente (fomites, agujas, material de cirugía, transfusiones sanguíneas), si no mantenemos las medidas de higiene básicas y necesarias en nuestras instalaciones.
La respuesta individual a la infección con cualquiera de los retrovirus puede ser muy variada, resultando imposible hacer predicciones de la respuesta de cada gato. La edad del animal al momento de la infección, variables genéticas, función inmune y enfermedades concurrentes son factores importantes que influyen en el desarrollo del cuadro así como la cepa viral, dosis y ruta de infección.
La AMERICAN ASSOCIATION OF FELINE PRACTITIONERS (AAFP), asociación que reúne a los Médicos Veterinarios con especial interés en Medicina Felina en Estados Unidos de Norteamérica, y la "ACADEMY OF FELINE MEDICINE (AFM) ADVISORY PANEL ONFELINE RETROVIRUS TESTING AND MANAGEMENT (Panel de Consejería en el Manejo y Evaluación de la Retrovirosis Felina de la Academia de Medicina Felina) desarrollan en el 2001 un reporte incluyendo ciertas recomendaciones para el control de los virus de la Inmunodeficiencia y Leucemia en los gatos.
La principal recomendación es que TODO GATO DEBE SER EVALUADO PARA DETECTAR LA PRESENCIA O AUSENCIA DE RETROVIRUS. Esta se basa en el hecho que ambos virus generan efectos inmunosupresores, tanto en la respuesta humoral como celular, y se ha demostrado que hasta el 15% de los gatos enfermos son positivos a alguno de los dos virus. Sin embargo gatos clínicamente sanos pueden ser portadores y diseminar el virus. En algunos animales los signos de enfermedad pueden no aparecer hasta semanas, meses o incluso años después de la infección.
La depleción de la respuesta inmune puede estar asociada a una variedad de procesos patológicos(ver tabla. En estos casos la disfunción inmunológica es el problema primario, siendo los desordenes hematológicos, las neoplasias y las condiciones inflamatorias crónicas los desórdenes secundarios más frecuentes. La presencia de los retrovirus puede dificultar o alargar el tratamiento de éstos.
En los animales VIF + los síndromes secundarios asociados más comunes son estomatitis, neoplasias (especialmente linfoma y carcinoma de células escamosas), inflamación ocular (uveítis y corioretinitis), anemia o leucopenia, infecciones oportunistas, insuficiencia renal y enfermedad del tracto urinario inferior. Las enfermedades asociadas al ViLef son anemia, linfoma, infecciones del tracto respiratorio superior, enfermedades mieloproliferativas, haemobartonellosis y estomatitis.
En 1994, la compañía IDEXX realizó un estudio en 166 clínicas de los Estados Unidos, evaluando un total de 1996 gatos con diferentes signos clínicos, encontrando que el 25.6% resultaron positivos para VIF y/o ViLef (5). Lo interesante de este estudio radica en que los signos clínicos en los gatos positivos, son aquellos que podemos encontrar rutinariamente en nuestra práctica diaria.
Con todo lo expuesto anteriormente podemos evaluar la importancia de realizar el examen para la detección de los retrovirus en todos los gatos. Nuestros pacientes deberían ser examinados en las siguientes circunstancias, según las recomendaciones de la AAFP:
1. Al ser adoptados, sin importar la edad.
2. Antes de ser introducidos a ambientes donde residan otros gatos, para prevenir a estos de una posible infección.
3. Cuando conviven con gatos positivos a alguno de los dos retrovirus se recomiendan evaluaciones periódicas.
4. Cuando tienen acceso a exteriores, se recomiendan evaluaciones anuales.
5. Cada vez que estén enfermos, sin importar resultados negativos previos.
6. Cuando hubiese existido una posible exposición a la infección (peleas, contacto con gatos que se desconozca su estado virológico).
7. Antes de ser vacunados contra cualquiera de las 2 enfermedades.
El examen de laboratorio de elección, para ser usado en nuestra clínica diaria, es el ELISA que detecta los antígenos del ViLef y anticuerpos contra el VIF. La muestra a usar preferiblemente debe ser suero, plasma o sangre entera (4). Existen otras pruebas que pueden ser utilizadas, como IFA (para ViLef) y Western Bloot y PCR (para VIF) que lamentablemente aún no están a nuestro alcance en nuestro medio.
Es importante entender que un diagnóstico positivo es indicativo de infección retroviral, mas no de enfermedad clínica. La decisión de tratar médicamente o sacrificar estos gatos debe ser tomada basándose en el cuadro clínico más en el resultado de la prueba. Con el cuidado apropiado los individuos positivos pueden vivir muchos años y e incluso a veces mueren de causas no relacionadas a los retrovirus.
Los gatos infectados no deben tener acceso a exteriores para prevenir la diseminación de ambos virus y evitar la exposición a agentes infecciosos. Deben ser mantenidos con buena alimentación y exámenes veterinarios periódicos (clínicos y de laboratorio), además de esterilizados para evitar el estrés asociado al celo y comportamiento reproductivo.
CONCLUSIONES:
1. La única manera de evitar la infección por retrovirus es previniendo la exposición, esto se logra diagnosticando e identificando animales positivos para evitar la transmisión.
2. TODO GATO DEBE SER EVALUADO PARA DETECTAR LA PRESENCIA O AUSENCIA DE RETROVIRUS.
Fuente: http//www.aamefe.org




