El secuestro corneal felino (SCF), también llamado córnea nigrum, momificación corneal, queratitis necrotizante o degeneración focal es una enfermedad que afecta el epitelio y estroma corneales de los gatos domésticos. Está caracterizado clínicamnente por la presencia de signos como blefarospasamo, epífora y eventualmente fotofobia, acompañados por la presencia de una placa irregular, de color marrón oscuro o negra de tamaño variable, localizada la mayoría de las veces en el centro de la córnea. Histológicamente, esta placa está formada por una sustancia de aspecto homogéneo y desecado del estroma corneal rodeado de células inflamatorias, como neutrófilos en casos agudos y macrófagos en los crónicos, entre otras.
Incidencia
Aunque no existe una prevalencia en relación con el sexo o la edad, se conoce la presencia de una marcada predisposición racial. La raza Persa es la más comúnmente afectada, y le siguen las razas Himalaya, Siamés y gato doméstico de pelo corto.
Etiología
La etiología de esta enfermedad no se conoce muy bien, aunque se han propuesto varias teorías: causas bacterianas, micóticas, agentes cáusticos, catecolaminas, factores traumáticos, distrofia corneal y agentes virales como el herpesvirus felino tipo 1 (HVF-1) Según estudios, cerca del 55% de los gatos afectados tienen raspados corneales positivos para el ADN del HVF-1 mediante la técnica de polimerasa chain reaction (PCR).
La predilección por ciertas razas ha promovido la especulación de una base hereditaria; esta condición asimismo sugiere que el SCF podría ser un tipo de distrofia estromal. La predilección de razas braquicefálicas que poseen órbitas pequeñas y globos oculares protruidos, simplemente podría reflejar la mayor predisposición a irritación ocular, entropión, lagoftalmia y microtraumas corneales. En muchos casos de SCF, la presencia concomitante de enfermedades de los anexos como entropión distriquiasis y conjuntivitis viral refuerzan la hipótesis que el SCF se podría iniciar por irritación corneal y daño tisular.
Diagnóstico
Se realiza fundamentalmente por la signología clínica sumado a la raza que la presenta. Como se ha mencionado anteriormente, los signos clínicos se asocian al malestar ocular por la presencia de la placa sobre la córnea, pudiéndose por lo tanto, observar blefarospasmo de diversa intensidad, epífora e hiperemia conjuntival. Pero la presencia de la placa en el centro de la córnea es el signo característico del SCF.
La placa se puede presentar con 2 aspectos diferentes:
Una placa negra, de límites definidos y superficie rugosa que sobresale por encima del nivel de la córnea, generalmente de pequeño tamaño.
Una placa color pardo-marrón, de límites definidos y poca elevación que abarca una mayor superficie corneal.
Esta placa está acompañada de un leve edema en la periferia, y vascularización corneal superficial que se dirige desde la porción dorsal del limbo hacia la placa misma.
Las placas no se tiñen con fluoresceína, pero por la naturaleza de su composición, retienen el colorante rosa de bengala.
Tratamiento
La elección del tratamiento depende del estadio de la enfermedad y de la profundidad de la lesión. En principio se debe diagnosticar y corregir en la medida de lo posible la causa subyacente.
El tratamiento de elección para el SCF es la resección de la placa mediante una queratectomía superficial. Se debe realizar un injerto posteriormente si la profundidad de la lesión una vez retirada la placa, supera la mitad del espesor corneal.
Los posibles tejidos para el injerto varían desde la utilización de injertos de córnea autóloga o heteróloga canina, hasta el uso de membranas biológicas como pericardio y membrana amniótica equinos y submucosa intestinal porcina entre otras.
La técnica quirúrgica de elección se denomina transposición corneoconjuntival, y consiste en llevar córnea sana unida a un pedículo de conjuntiva del mismo ojo sobre el lugar de la lesión, luego de realizar la queratectomía superficial. El tratamiento médico consiste en la aplicación tópica de colirios con antibióticos (tobramicina, ciprofloxacina), glucocorticoides, antivirales e inmunosupresores.
Pronóstico
El pronóstico es favorable cuando de combina un correcto tratamiento quirúrgico (queratectomía superficial + injerto) con un tratamiento médico, corrigiendo la causa subyacente si fuese posible. La colocación de un injerto permite mejorar el proceso de cicatrización y le devuelve transparencia a la córnea.
El pronóstico no es tan favorable cuando solamente se realiza una queratectomía como tratamiento, ya que la lesión luego de retirada la placa podría profundizarse, llevando a una perforación corneal, con las consecuencias que ello implica.
El tratamiento médico por sí sólo no tiene ningún efecto sobre la placa en sí, no siendo, por lo tanto, efectivo en la resolución del problema.
La recurrencia de la enfermedad debe ser esperada en las razas predispuestas, en especial si la cirugía ha sido incompleta, pero es inusual en los pacientes sin predisposición racial.
Fuente: http://www.aamefe.org